viernes, 20 de enero de 2023

SARMIENTO EN DIAMANTE


Crónica del paso del Boletinero del Ejército Grande por Punta Gorda.

En el marco de la concentración de tropas y medios ordenados por el general Urquiza en Punta Gorda, preparándose para lo que fue el cruce del Paraná, bajo la dirección del entonces teniente coronel Sarmiento y fechados en el “Cuartel General en el Diamante”, el 10 de diciembre de 1851 vio la luz la Proclama a los soldados, arengándolos ante la campaña que se iniciaba y que terminó en Caseros, mientras que al otro día, se editó el Nº 1 del Boletín del Ejército Grande de la América del Sud, dando novedades de la situación que se vivía en ese momento.
La población de Diamante era reducida, pero la importancia de la ubicación de la Villa la hacia tal vez una de las más notables desde el punto de vista político y estratégico. Al llegar diciembre, ya estaba instalado desde hacía un tiempo el Hospital Militar a cargo del Dr. Diego Pardué, distintas fracciones de tropas iban llegando de acuerdo a lo planificado y el arribo de Sarmiento, que lucía un acicalado traje militar de corte europeo, sus patillas en forma de U y su cabello cortado al rape no pasó desapercibido. Se movía entre todo ese entrevero de tropas, llevando en la parte delantera de la montura de su caballo, un pupitre y útiles para escritura, dando lugar a los más diversos comentarios, que iban de cierto respeto hasta los más grotescos.
Inicialmente el traslado de la imprenta fue todo un problema por lo pesada e incómoda, pero el comandante militar del Diamante, don Luis Hernández, al recibir la orden de tomar la plaza de Santa Fe para asegurar el momento crítico del cruce, debió traer una prensa portátil que había allí y que había sido advertido en una nota de Urquiza a Crespo, que deduzco se cumplió por los dichos posteriores al hablar de la máquina y su tamaño.
Ésta funcionó casi sin parar a partir de ese momento, publicando las órdenes del día y los comentarios del boletinero, dejando un valioso testimonio del momento. Lo acompañaron don Joseph Alexandre Bernheim, un francés muy entendido en el tema y que ofició de encargado, y los tipógrafos Pablo Coni y Benito Hortelano.
Sin duda el trabajo que más ha quedado en la memoria de los diamantinos, es el Boletín del Ejército Grande de la América del Sud Nº 3 fechado el 25 de diciembre de 1851 –el último que vio la luz en Diamante- cuando en una de las frases escribió: “El sol de ayer ha iluminado uno de los espectáculos más grandiosos que la naturaleza y los hombres pueden ofrecer: el pasaje de un gran río por un grande ejército”.
Y continuó en otro párrafo más adelante: “La Villa del Diamante ocupa uno de los sitios más bellos del mundo. Desde sus alturas, escalonadas en planos ascendentes, la vista domina un vasto panorama, masas ingentes de las plácidas aguas del Paraná, planicies inconmensurables de las vecinas islas y en el lejano horizonte, brazos del Grande Río y la costa firme de Santa Fe, punto de partida de la gran cruzada de los pueblos argentinos”.
Dejó además como parte de sus relatos de boletinero: “Viví en la casa más linda que había frente a la plaza”, que según la tradición oral se asegura que se trató de una propiedad –hoy inexistente- que estuvo situada sobre la actual calle San Martín, a mitad de cuadra.
Su sueño de vivir alguna vez en Diamante
Don Domingo también tuvo tiempo de recorrer las barrancas y lomadas, cautivado por el paisaje que tenía ante sus ojos, y no dejó en una de sus salidas acompañado de Mitre, de elegir un pedazo de tierra para volver algún día a pasar sus últimos años. Se lo comentó a Urquiza y éste le dio la titularidad del terreno, conocido desde ese momento como el “Monte Sarmiento”.
Se trataba de un cierto número de manzanas ubicadas en la planta urbana al oeste de la ciudad, demarcadas posteriormente en el plano municipal de 1888.
Luego de publicar el Boletín Nº 3, Sarmiento y su equipo embarcaron en el vapor “Blanco” que lo trasladó hasta la zona de Rosario, continuando con su tarea.
En el mes de marzo de 1852, luego de la batalla de Caseros, Urquiza desde San Benito de Palermo le ordenó al gobernador delegado refiriéndose a cinco bultos pertenecientes a la imprenta del Ejército: "Indague Ud. si en el Diamante ha dejado Sarmiento algo de lo que le pertenezca a la imprenta, para que cuando Ud. remita los bultos que le pido, me mande también lo que en el Diamante hubiere”.
Esta historia no termina aquí, pues la continúa su hija Faustina Sarmiento de Belín, nacida en Procura, Chile, en 1832, fruto de sus amores con una alumna: Jesús del Canto. Ella se casó con el imprentero francés Julio Belín, dando origen a la familia Belín Sarmiento, dándole por lo menos un nieto: Julio Belín, el que estuvo acompañando a su abuelo en el momento de morir en 1888.
El 13 de diciembre de 1897, Faustina presentó una nota en la Municipalidad de Diamante como heredera de su padre, reclamando los derechos de posesión de ”una suerte de chacra, que desde entonces había sido reconocida y designada con el nombre de “Monte Sarmiento”.
En la fundamentación, expresó que el dato había sido citado oficialmente por su padre en el discurso pronunciado al inaugurar el tramo de ferrocarril de Concordia a Federación, en el año 1874.
Lamentablemente no han quedado registros de la respuesta dada a esta presentación y prácticamente a pasado al olvido el lugar, que fue parte de un sueño de uno de los tantos hombres que pasaron por Diamante.
Imagen: Sarmiento reproducido en el cuadro de Emilio Caraffa



CASAS DE TOLERANCIA EN DIAMANTE

 CASAS DE TOLERANCIA EN DIAMANTE

Por Ricardo César Brumatti
Como rezagos de una etapa que Diamante progresaba favorablemente en muchas facetas en las primeras décadas del siglo XX, empujadas por disponer de un puerto que recibía innumerables barcos con su tripulación que permanecía temporalmente acá, un ferrocarril cuyas cargas finalizaban justamente en él, el Regimiento 3 de Artillería, que en un momento llegó a tener en sus filas casi 1000 soldados junto al cuerpo de Oficiales y Suboficiales y una sociedad con hábitos y costumbres muy de la época, dio lugar a la existencia de las llamadas Casas de Tolerancias.
Aunque es un tema que en general no se toca públicamente, aún se escucha en reuniones masculinas anécdotas e historias de algunas de ellas. También gente muy grande comenta de haber sido llevados por sus padres a “debutar” siendo atendidos por pupilas “preparadas” para eso. No faltaban aquellos parroquianos que solo iban a tomar un vermouth con sus amigos como si fueran a un bar.
Creo que no hay que escaparle a una cuestión social que existió incluso cubierta con disposiciones municipales que regían sus funcionamientos, con controles médicos e inspecciones de salubridad, y con el respeto y altura, y que gracias a nuevas leyes se han ido erradicando tras los nuevos paradigmas sociales y tratar de darle dignidad a tantas mujeres, muchas veces captadas por personajes oscuros.
En el caso de Diamante llegaron a funcionar tres casas, cada una numerada oficialmente del 1 al 3, además de varias que no se registraban.
Una de las Ordenanzas más completas en ordenar las disposiciones que las regían, fue la publicada en 1916, en cuyo Art. 1 definía “se entiende por casa de tolerancia la que está habitada por prostitutas y autorizadas por la Comisión Municipal”. Seguramente, las otras recibían una denominación más popular.
Continuaban otros artículos, en el 4° limitaba la ubicación de las casas, no pudiendo sobrepasar la calle San Lorenzo hacia la ciudad.
Entre algunas obligaciones que debían cumplir las pupilas, lamentablemente estaban sujetas a la prohibición de concurrencia a las plazas, parques, paseos, teatros, cafés o lugares de reunión pública. También tenían horario de salida a la calle solo los días lunes entre las 12 a las 19 Hs. Es decir cumplían una rigurosa y penosa vida, que parecía hasta normal para la sociedad, debiendo extender la concurrencia a todas las clases sociales.
Ha quedado como testigos de esa época las disposiciones que se editaban y que era obligación exhibirlas para conocimiento de todos, y las libretas que debían tener cada pupila con sus datos y registro de los controles médicos que periódicamente realizaba el médico municipal. Además como curiosidad, una de las Casas, que adquirió mayor renombre durante mucho tiempo, emitió un cospel metálico que valía por un servicio, en una de sus caras tenía las iniciales de la propietaria, era abonado antes de entrar a la habitación y se lo entregaban a la muchacha, que luego rendía con la gerenta.
A pesar que una Ley de 1937 prohibía este tipo de establecimiento, sabemos que en pueblos como el nuestro continuaron funcionando, muchas veces con la “vista gorda” de autoridades que debían tomar cartas en el tema.
Imágenes:
Reglamento para las Casas de Tolerancia
Libreta para las pupilas
Cospel para un servicio
NOTA: TODO COMENTARIO IMPROCEDENTE SERÁ ELIMINADO








P. JERÓNIMO SCHÖENFELD

 20 de enero 1990 - FALLECIMIENTO DEL P. JERÓNIMO SCHÖENFELD

El P. Schöenfeld nació el 9 de setiembre de 1909, hijo de Juan Schöenfeld y Bárbara Gallinger. Su Ordenación fue el 7 de octubre de 1934. Fue designado en Diamante y tomó posesión canónica el 22 de febrero de 1940. Durante su gestión impulsó la construcción de la segunda parte del actual templo parroquial, desde la cúpula con las torres incluidas, siendo el factor gravitante para que esta gran obra llegara a feliz término.
Otra faceta la cumplió en el área de la Educación, ejerciendo como docente en la Escuela de Artes y Oficios de Diamante como Maestro de Religión entre el 1º de mayo de 1944 hasta el 31 de diciembre de 1949 en que renunció. Allí se dio cuenta de los numerosos jóvenes que no asistían a la escuela, por la edad que tenían o porque ya trabajaban y no eran contenidos en sus necesidades de formación.
Desde la Parroquia realizó todas las gestiones necesarias, logrando que comenzara a funcionar una escuela como la Nocturna Particular Nº 150, siendo su primer Director el entonces joven Daniel Mernes.
No es fácil dilucidar los entretelones para que se decidiera fiscalizarla, pero seguramente fue el P. Schöenfeld que deseando asegurar la continuidad de la escuela y la necesidad de contar con los elementos y partidas suficientes para ello, que conjuntamente con las autoridades educativas, llegaron a tomar esta decisión por Decreto Nº 2346 M.E. de fecha 24 de setiembre de 1952, cumplimentándose el 10 de noviembre, suscribiéndose el acta respectiva por parte del subinspector escolar Reynaldo R. Mernes, a los efectos de operar la transferencia decretada y dar posesión al nuevo personal designado.
De esa manera, a partir de ese momento y con la dirección de la Sra. María García de Buschiazzo comenzó a funcionar como de la Escuela Fiscal Nocturna Nº 41, la que luego recibió el nombre de “Pedro Goyena”.
Además de su tarea pastoral, incursionó en política, asumiendo el 4 de junio de 1952 como Concejal representando al Partido Peronista, siendo elegido por sus pares Vicepresidente 1º del H.C.D.
En este cargo permaneció hasta agosto del año siguiente, cuando renunciaría por ser trasladado a Valle María por las autoridades eclesiásticas. Posteriormente residió en San Salvador de Jujuy, donde falleció.






PRIMER EDIFICIO DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE SS. MM. EN DIAMANTE

 

Interesante y valiosa postal de ese histórico y modificado edificio. Su construcción se remonta a 1910, aprovechando la donación del terreno a la Sociedad Española de SS. MM. por parte de la Sra. Gregoria Varela de Taquela, de 40 varas de frente a la plaza "9 de Julio" (ángulo SO Mza. 171) con destino a edificar la sede social. Se contrató al constructor Fogeler para construir un salón, cuya Piedra Fundamental se colocó el 25 de Mayo de 1909, confeccionándose una medalla con la inscripción al anverso: “Homenaje a la República Argentina – Piedra Fundamental”. Tiene los escudos argentinos y español en sobre relieve. Al reverso una imagen de un frente artístico con la leyenda “ Sociedad Española de Socorros Mutuos – Diamante E.R. 25 de mayo de 1909”

Un año después, también el 25 de mayo, después del acto en la M.D., la concurrencia se dirigió luego a la Sociedad Española con el fin de inaugurar el edificio.

Esta sintética crónica continúa cuando la Sociedad  adquiere en remate las Mzas. 206 y 207, inaugurándose en 1924 el actual Parque España, finalizando que con motivo de la pavimentación de las calles de la Ciudad y la imposibilidad de pagar las deudas con Banco Hipotecario y Empresa de Pavimentación, el 17 de enero de 1940 se vendió el local social (calle 9 de Julio y Bs.As. - actual Dr. Malespina) a la Sociedad Unión Líbano - Sirio de SS. MM.

 


miércoles, 17 de marzo de 2021

FACHADA ARTÍSTICA DEL EXHOTEL SOLDINI


Hace varios años, en una muestra de fotografías antiguas sobre Diamante, observando una imagen del exhotel Soldini y su peculiar frente, compartimos el momento con el Ing. Luis Gaitán y fue el tema de conversación que significaban las alegorías representadas en él.
Me comentó que por versión de don Antonio Cubasso, que tenía una zapatería enfrente, a las 11 de la mañana se cruzaba todos los días a tomar un vermouth junto a Soldini y de allí nació esta explicación.
El 1914 llegó a la ciudad un anarquista, albañil y con inclinación a la bebida; le propuso al dueño que por hospedaje, comida y algunas monedas le construía un hermoso frente artístico. Le fue aceptado y así transcurrieron el 14, pero también el 15 y el 16. Cansado Soldini de lo lerdo del trabajo y del tiempo transcurrido, lo terminó despidiendo por lo oneroso que le estaba costando la obra. Debido a ello, la parte inferior del frente quedó inconclusa.
Cómo se describe?: inicialmente el albañil se representó a sí mismo con la "forza" en el discóbolo, en otro el "bon vino" donde está a punto de disfrutar una bota con esa bebida; luego se advierten cuatro columnas -que no son del orden griego- y que están rematadas en cuatro águilas, esas águilas lo toman al autor, lo elevan y hay cuatro leones que cortan las cadenas, lo liberan y lo llevan a las musas del amor que están en la parte superior del edificio. Y allí terminó la obra.



Interesante este relato, proveniente de anécdotas de quienes vivieron el momento, es una pena no saber como hubiera rematado su trabajo.
Ismael Adur, Miguel Angel Benitez y 81 personas más
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martes, 2 de marzo de 2021

EL CENTENARIO QUE NO SE FESTEJÓ

Un trabajo de Ricardo César Brumatti

 Este 27 de febrero se festejó otro aniversario de la fundación de Diamante, tema por el que desde hace varios años vengo publicando artículos que muestran como fue ese momento, donde estuvo emplazado  el primer caserío del pueblo, detalles del tratamiento de la Ley de fundación, etc.
En esta oportunidad y como para agregar otro tema relacionado y creo no muy divulgado, es lo que pasó en 1936 al pretenderse festejarse el centenario de tan importante fecha para la ciudad.
Para ver en el marco que se vivía desde un tiempo antes, un tema que marcó la época fue la gran crisis del ’30, que repercutió en nuestro medio y que duró bastante.
Al tratarse el presupuesto municipal en julio de 1932, la comisión encargada de redactarlo fundamentó “que visto la afligente situación mundial los sueldos han sido rebajados para evitar así mayores cesantías dentro del personal y evitar con ello la desocupación que con carácter marcadamente visible trastorna el ritmo habitual de las actividades de la población. Sólo el sueldo del Presidente de la Comisión Municipal no ha sido tocado, respetando preceptos constitucionales que se han respetado".
Desde el punto de vista cultural, un dato a tener en cuenta para la época, es que no había una gran conciencia sobre el estudio de la historia local, debido a varios factores, que comenzaron a intentar ser revertidos. Quien trabajó inicialmente  en esa dirección, fue la Liga Patriótica de Damas de Diamante, viendo que se acercaba el centenario, allá por 1931 ya trataban en sus reuniones sobre las gestiones acerca de la fundación de Diamante, y en esa tarea dejaban expresadas en sus actas, la localización y copias de las leyes con motivo esa fundación, que durante tiempo no aparecían y hasta se pensaba que se habían perdido, confirmando al estudiarlas que San Francisco Javier era el santo fundador y el patrono elegido de nuestra ciudad, como lo afirmaba la tradición, pues constaba en los decretos promulgados por las autoridades de aquella época. Además quedó plasmado en un acta, que una imagen de éste, gracias a los trabajos realizados por la presidente Nicandra Melo, estaba en poder de la Liga Patriótica en las condiciones que fuera entregado por los padres del Verbo Divino, quienes a su vez lo recibieron de una señora estando ésta en artículo demente
El 1° de enero de 1934, nombrado por el gobernador doctor Luis Etchevehere, asumió la intendencia el profesor Mateo Jofré con la secretaría a cargo de Enrique B. Olivero.
En esta gestión, avizorando que se acercaba el Centenario de la fundación, entre otras medidas se decidió en  septiembre de ese año desde el Concejo, autorizar al D. E. a invertir hasta la suma de $ 3.000.- para la grabación y colocación de una placa recordatoria en el Palacio Municipal  sobre el frente de calle Rivadavia (actual Eva Perón) y la publicación de 100 ejemplares de un libro sobre el Centenario de Diamante. Se agregaba en un segundo artículo, que se fijaba la suma de $ 5.000.- como la contribución de la Municipalidad a los festejos aludidos.
En julio de 1935 asumió la presidencia Municipal don Domingo Dasso, expresando al inaugurar el período de Sesiones Ordinarias del H.C.D. una frase que complicaba muchas de los proyectos que se pensaban: “Antes de entrar en materia, debo dejar constancia de que en el curso de la exposición, he de hacer mención casi exclusivamente a la obra realizada durante los seis últimos meses del año 1935, no porque esté en mi  ánimo el deseo de silenciar la obra de los que me precedieron en el gobierno de la Municipalidad, sino porque la falta de organización adecuada de las distintas oficinas, hace poco menos que imposible la obtención de datos fidedignos, únicos a mi criterio, dignos de emplearse en la confección de una memoria”.
Desde otros ámbitos se preparaban para sumarse a la festividad: en noviembre de 1935 la Liga Patriótica Argentina de Damas a través de Nicandra Melo exponía detalles a tener en cuenta para la fecha que se aproximaba para celebrarse el centenario de la fundación de Diamante, debe hacerse conocer los nombres de aquellos que se destacaron, y proponía cambiarle el nombre de calles con nombre de provincias por la de:
1º. Don Pascual Echagüe, quien pidió a la Legislatura que en el lugar denominado Punta Gorda se fundara un pueblo al que debía llamarse Diamante para que un día brille también en la historia de los pueblos.
2º. Mayor Luis Hernández, que promovió la delineación de calles y construcción de casas.
3º. Don Pedro Albornoz, que equipó 50 hombres con 100 caballos de tiro, sus ropas y alforjas para la cruzada a Caseros.
4º. Coronel Bernardino Ramírez, declarado benemérito por el Gobierno Nacional, fue el primer comandante de esta ciudad y quien gestionó la ampliación departamental como se encuentra en la actualidad.
5º. Soldados de Caseros.
Además le enviaron con el membrete de Comisión Pro - Primer Centenario de la Fundación de la ciudad de Diamante, una carta a las distintas instituciones locales, firmada por Isabel Jeannesson y Nicandra Melo, algunos eran Ernestina Enrique por la Sociedad de Beneficencia dando mandato a José F. Ostriz, Darío Sampietro por la Sociedad Italiana de SSMM nombrando a Fernando Gastaldi, el presidente de la Federación Diamantina de Foot-Ball Rubén Solari, Benjamín Alonso por la Sociedad Española de SSMM, Por la Acción Católica el presidente Humberto De Monte, Paz Carrera por el Círculo Diamantino (contesta 3 de junio), Juan B. Pujato renuncia a la comisión el 15 de agosto por ausentarse de la localidad.
No estaba ausente una institución presente en la vida comunitaria, como lo era el Regimiento 3 de Artillería, cuando también en ese momento, el entonces Jefe del Regimiento A/3, Tcnl. Alberto Guglielmone, le hizo saber a Dasso, que de acuerdo a lo manifestado por el Inspector General del Ejército Gral. Br. Camilo Idoate, cumpliendo una promesa realizada en ocasión de su visita a Diamante un tiempo antes, había comunicado la donación de un mástil de bandera por parte del Regimiento local para ser ubicado en plaza "9 de Julio", como contribución al Centenario que se aproximaba y en el deseo “que esta ciudad, cuna de destacados varones entrerrianos y escenario de acontecimientos de gran trascendencia histórica, tuviera al igual que otras localidades argentinas, su monumento a la Bandera”.
Aparece un factor que incidiría en nuestra Ciudad, como un elemento de notable progreso para la época: la pavimentación de sus calles. La Municipalidad agobiada por las necesidades de fondos para cubrir los compromisos con la empresa y su obra, no tuvo posibilidades de afrontar otros gastos. Todo era para cumplir con ella y llevarla adelante.
Lamentablemente surgieron una serie de inconvenientes de todo tipo. El tan esperado Centenario no se celebró en tiempo y en forma, motivando críticas y discordias en distintos sectores de la población, incluso en mayo se dejó si efecto una Ordenanza que databa de dos años antes, que autorizaba al D. E. a invertir hasta la suma de $ 3.000 para la grabación y colocación de una placa recordatoria en el Palacio Municipal, sobre el frente de la ex calle Rivadavia (actual Eva Perón) y la publicación de 100 ejemplares de un libro sobre el Centenario (El de Leodo Yasú, que finalmente lo imprimió por su cuenta en Santa Fe, no dejando de incluir un párrafo crítico referido al tema en sus Palabras del Autor). Ese párrafo expresaba: “Cuando me propuse escribir estos apuntes, lo hice bajo el impulso de que se aproximaba el Centenario de la fundación de Diamante, y que, en esa forma, podría aportar mi modesto homenaje a los festejos que sin duda se llevarían a cabo ante tan magno acontecimiento.
Pero como la fecha ha pasado y ha transcurrido ya un tiempo prudente como para poder pensar que este hecho histórico, que en otro momento importó, no solo la erección oficial de un pueblo más dentro del territorio entrerriano, sino también un cambio político y administrativo de trascendencia para la Provincia, no ha tenido la virtud de sacudir la modorra de los hombres en quienes pesaba la responsabilidad de gobernar con patriotismo, he resuelto de una vez entregar a la publicidad este ensayo, a fin de no quedar comprendido en el marco general de pasividad e indiferencia”
También el mástil de la plaza “9 de Julio” se demoró en su construcción a causa de estos hechos, Idoate continuaba en la idea de inaugurarlo al mástil pese a todo en una fecha propicia. En agosto informó desde Buenos Aires que donaba además una bandera de 6x4 m. para ser izada cuando llegara ese momento (finalmente fue el 25 de mayo de 1937, al conmemorarse el 127º Aniversario de la Revolución de Mayo)
El 27 de mayo de 1936 por Ordenanza, se dejó sin efecto la de fecha 8 de setiembre de 1934, por la que se autoriza al D. E. a invertir hasta la suma de $ 3.000.- para la grabación y colocación de una placa recordatoria en el Palacio Municipal sobre el frente de calle Rivadavia y la publicación de 100 ejemplares de un libro sobre el Centenario de Diamante. En el Artículo 2º se fija la suma de $ 5.000.- la contribución de esta Municipalidad a los festejos del Centenario de la fundación de la Ciudad.


En agosto, el trisemanario Crónica, en su número 271 publicó con el título: “¿Cuándo se conmemora nuestro 1º Centenario?
Una opinión muy autorizada en la época, fue del Cura Párroco P. Pablo Strattman a Crónica: “Fiesta postergada, fiesta fracasada”, así le dijo en medio de una conversación al director Zaragoza, por entender que acontecimientos tan significativos de la historia, no deben ser objetos de sucesivas postergaciones y que no obstante los inconvenientes con los cuales siempre es dado tropezar en estos casos, él cree que algo debe hacerse dentro de los medios propios con que se cuenten a fin de no dejar transcurrir el año de nuestro centenario sin conmemorarlo, en lo posible hacerlo coincidir con el pasaje de Urquiza por Punta Gorda, y no que piensan en el 25 de Mayo por venir el año que viene.
Fin de la historia: no hubo festejos por el Centenario de la Fundación de Diamante

martes, 17 de septiembre de 2019

Junta De Estudios Históricos Iglesia ER - Parroquia San Cipriano y Javier

Junta De Estudios Históricos Iglesia ER

Parroquia San Cipriano y Javier



Anualmente la ciudad de Diamante se engalana en setiembre por dos celebraciones, el 16 con su fiesta patronal en memoria de San Cipriano, que desde 1850 ha acompañado a sus fieles y el 24 por el Día de la Virgen de la Merced, bajo cuya advocación fue construido el nuevo templo a partir de 1899.
Pero tienen también otro Patrono: San Francisco Javier, y que por una omisión histórica no había sido tenido en cuenta durante años.
Remontándonos a los primeros pobladores que ocuparon estas tierras, distintos estudiosos del tema indican, que a mediados de 1740 se produjo una corriente colonizadora desde el Oeste, llegando a los lugares nombrados, llevando a la necesidad de organizar incluso una compañía de milicias con asiento en la zona de la Ensenada, integrada por los mismos habitantes, cumpliendo un servicio policial, por eso no es extraño que en el censo de 1745 que realizó en Entre Ríos el religioso Fray Roque del Pino, perteneciente a la Orden de San Francisco y con asiento en el Convento de Santa Fe, se registraran grados militares. El referido trabajo contiene un relevamiento que comprendió a casas, dependencias agrícolas, familias, etc. e incluyó el funcionamiento de un "principio de escuela" en proximidad del citado arroyo dirigido por Agustín de la Tijera.
Desde 1730, toda la región del actual departamento Diamante dependía de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Paraná. En 1805, los habitantes del Pago de la Ensenada, encabezados por Matías Zapata se dirigieron al Cura Vicario de Paraná, para solicitarle se les concediera certificación sobre la necesidad de erigir un oratorio público en las Riberas del Paso del Rey, donde el numeroso vecindario pudiera recibir los socorros espirituales de misa y de confesión. Este a su vez lo elevó a Buenos Aires.
El pedido fue diligenciado favorablemente, firmando el 10 de febrero de 1806 el obispo Fray Benito Lué y Riega la correspondiente autorización. Dos años más tarde este mismo prelado fijó los límites de las parroquias, quedando la de La Bajada entre los ríos Paraná, Gualeguay y el arroyo Nogoyá.
Se necesitaría que se llegara a fines de 1812 con la instalación de las tres baterías, para que se produjera los primeros acercamientos de vecinos, para recién en 1832, con la llegada de los guaraníes trasladados desde Mandisoví y la suma de familias locales, le dieran al lugar la identidad de localidad sobre la cual cuatro años más tarde se fundaría Diamante.
Para entender este proceso debemos retrotraernos al momento de la fundación de Diamante en 1836, cuando se redactó la Ley que declaraba al nuevo pueblo bajo la protección de este último Santo.
Esta fundación, en realidad se trató de un acto jurídico sobre una localidad que ya existía de hecho desde tiempo atrás, no acompañándose con otras medidas que la organizara.
La vida religiosa de sus habitantes, reforzada por la fe de esos Guaraníes llegados en 1832 y que formaron en gran parte su base poblacional, tuvo su centro de reunión en una capilla de paredes de adobe y techo pajizo, donde –según afirma la tradición y estudios posteriormente realizados- se veneraba a la estatuilla del Santo que aún se conserva como reliquia. Allí se recibía visitas pastorales desde Paraná, que permitía entre otras cosas, administrar bautismos y casamientos.
Así es que en nuestro archivo hay testimonios de la época, donde al margen de las anotaciones de los sacramentos brindados, se colocaba el membrete “Capilla Interina de los Indios Diamante”. Al no existir ningún archivo en el lugar, no quedó libro ni oficio que documentara acciones de gobierno del Comisionado ni testimonios de estas actividades religiosas.
En 1841 se envió desde el gobierno provincial una consulta sobre si tenían datos en el lugar sobre la existencia de una Ley de fundación, pues no se encontraban archivados antecedentes, y si así era, cual era la fecha de su sanción. La respuesta desde Diamante fue que se creía que sí y que mencionaban algunos viejos habitantes, podía ser datada en octubre o noviembre de 1836.
Lo cierto es que Urquiza como gobernador organizó sus primeras instituciones a partir del 4 de Julio de 1848, mandándose a construir un templo al poco tiempo, decidiéndose designar a San Cipriano como su Patrono.
A partir de allí y en distintas etapas, los fieles diamantinos gestionaron que se recuperara la figura del santo al sitial que le correspondía, lo que finalmente se logró el 1º de diciembre de 1996 cuando se realizó la proclamación eclesial de San Francisco Javier como 2º Patrono de Diamante.
El primer templo documentado que tuvimos en Diamante, producto del plan de obras públicas del gobierno del general Urquiza, que determinó que se lo construyera a partir de 1848 y se lo terminara en 1851 y es el hoy convertido en casa parroquial
A pesar de los problemas que se suscitaron durante su construcción, a mediados de 1850 ya permitía que se trajera un sacerdote y comenzara su labor evangélica
En vista que se estaban haciendo las gestiones para la designación del Cura que se haría cargo, el padre Miguel Vidal, compró ornamentos y diferentes utensilios para la nueva iglesia, entre lo que se encontraba galón y tafetán negro, candeleros, género para casullas, género morado, etc.
Mientras tanto, el general Urquiza sugirió a fines de marzo como posible candidato para ocupar el Curato del nuevo templo al Pbro. José Argüello, que aún no había terminado sus estudios teológicos y de oratoria sagrada, pero al serle ofrecido el puesto contestó negativamente. Finalmente, la autoridad eclesiástica nombró con fecha 1º de junio como Presbítero Teniente de la Vice Parroquia de la Villa a don Esteban Solari,
A su vez, sabiéndose allí de su llegada, se comenzaron a construir dos piezas con techo pajizo para que sirvieran de alojamiento, las que no se terminaron a tiempo.
El padre Solari llegó a Diamante e inmediatamente tomó contacto con el comandante militar Luis Hernández, quién le facilitó algunas cosas pedidas para que pudiera comenzar su tarea y le prometió otras. El 9 de junio, Solari se hizo cargo y habilitó los tres Libros que obligatoriamente debía llevar para registrar los bautismos, casamientos y defunciones.
A los seis días Solari le escribió a Acevedo una carta -conservada actualmente en el archivo donde le comentó :”Desde el domingo pasado he comenzado a decir Misa en la sacristía, porque en la iglesia todavía no hay proporción; pero mañana la diré en la iglesia siendo ya arreglado el presbiterio para eso y a fin de que pueda caber mayor gente, que concurre numerosa principalmente en día de fiesta. Comencé también a poner Óleos y mañana voy a echar la primera proclama de un matrimonio.
Me parece que todavía necesitará mucho tiempo para concluirse la iglesia; faltan las puertas, los vidrios, el piso embaldosado, el altar, etc. y la obra va muy lenta por falta de brazos. Yo vivo en casa del señor Comandante; entre quince días podré, espero, vivir en la casa que para eso está trabajándose. Por lo demás yo me hallo muy bien en medio de estos buenos feligreses y creo que ellos también sean contentos de mí. De mi lado he de hacer lo posible para no faltar a mis deberes y a fin de que siga una buena armonía. En agosto el carpintero Fourquet entregó terminado un armario, un confesionario, el Altar, el Sagrario, el Tabernáculo y tres nichos, continuándose la construcción del edificio que ya estaba en su parte final, y que fue suspendida unas semanas en octubre a causa de una epidemia en la Villa.
En enero de 1851, Esteban Rams y Rubert remitió las tres campanas encargadas por el ministro Galán, que fueron embarcadas en la goleta nacional "Estrella", y que luego también fueron parte de la leyenda como fundidas con el bronce de los cañones de Caseros tres años después.
En la Relación Estadística correspondiente a las novedades surgidas en ese mes en el departamento Diamante, elevada por Luis Hernández al ministro Galán, figuró que "el edificio de la Iglesia de esta población se concluyó el día 12 y está rindiendo el servicio a que fue destinado". Además gestionó por ser “de precisa necesidad” la construcción del cementerio que estaría destinado para la Parroquia, solicitando "se otorgue la aprobación para formarlo del modo que mejor convenga a la determinación superior". De este modo, se contó con un lugar destinado exclusivamente a la exhumación de los fallecidos católicos.
Luego del Pronunciamiento del general Urquiza del 1º de Mayo, las órdenes recibidas convulsionaron al pueblo, muchos diamantinos salieron a campaña y el incipiente movimiento comercial que se venía dando se vio menguado. Indudablemente esto repercutió en la vida de los habitantes y lo sintió el Padre Solari, pues el 11 de junio le escribió al Delegado Eclesiástico sin disimular su desánimo: "Me veo en la necesidad de poner en conocimiento de Usía., que no me es posible aguantar por más largo tiempo en este Curato. Lo que me ha sido prometido ya van dos meses, no se me ha dado; y no veo como se me pueda dar en seguida. Con carta fecha 29 de mayo le hice conocer también a este señor Comandante, el cual no me contestó hasta ahora, ni me dijo palabra sobre eso, aunque nos veamos todos los días. Este silencio me hace comprender mejor, lo que ya conocí en dos meses que sus promesas de él se disuelven en la nada, y por consiguiente deseo al concluir del corriente días más días menos salir de este punto.
Sin esperar respuesta oficial, viajó a Paraná y se presentó en la iglesia San Miguel, quedándose allí.Pero no fue posible encontrar sustituto para cubrir la plaza vacante, por lo que en común acuerdo entre el gobierno provincial y la autoridad eclesiástica, se decidió que retomara su cargo hasta que se consiguiera reemplazante. Solari, aunque contrariado, cumplió la orden y regresó a Diamante.
No sólo se dedicó a sus deberes en el pueblo, sino que en pleno movimiento del cruce del Ejército Grande, el 28 de diciembre le informaba a su superior en Paraná: “después de la octava de Todos los Santos pienso salir con el Mayordomo de Fábrica Dn. Benito Pujato a dar una vuelta a toda la feligresía para recoger limosna para levantar el camposanto, deseo saber si, llevando conmigo todo lo necesario, podré en los puntos más importantes decir misa confesar, bautizar, pues me dice que no sería malo hacerlo, porque en esos lugares hay gente que nunca ha confesado ni comulgado, ni es fácil que vengan a la iglesia”.
Finalmente llegó el reemplazo a fines de octubre, cuando se designó provisoriamente como nuevo Cura de la Villa del Diamante al Pbro. Pedro Alegre, lo que permitió que el padre Solari dejara atrás su experiencia vivida entre los diamantinos, quedando de todas maneras en la historia como el primer sacerdote estable.
A principios de 1898, el Pbro. José Antonio González presentó la renuncia del cargo de Cura Párroco, con el fin de regresar a España, su país natal. Como entonces eran muy escasos los sacerdotes de la Diócesis de Entre Ríos, se firmó un convenio entre el Obispado de Paraná y la Congregación del Verbo Divino para que esta última se hiciera cargo de la parroquia de Diamante, nombrándose en la fecha Cura Vicario al P. Ludgero Grütter.
La Congregación fue fundada en 1875 en una pequeña población de Holanda, para luego desarrollarse rápidamente. En 1889 arribaron a Argentina los dos primeros sacerdotes, que por disposición del Papa debían atender a la inmigración alemana del Volga. Las primeras parroquias que el Obispado de Paraná les encomendó, fueron Crespo y Valle María. Apreciando el trabajo que estaban haciendo, se les confió la de Diamante. El nuevo templo y la Virgen de la Merced.
Colocada su piedra fundamental en 1899, se decidió ponerlo bajo la advocación de la Virgen de la Merced, lo que dio lugar que un grupo de fieles reclamara ante el Obispo por la creencia que podía ser dejado de lado San Cipriano, lo que debió ser salvado por el P. Grütter, que le escribió a su superior "no es nuestro ánimo cambiar el patrono de la parroquia, que lo será siempre el glorioso San Cipriano Mártir".
Con motivo de este acto llevado a cabo el 16 de setiembre de 1899, se emitió una medalla conmemorativa al hecho. De un lado muestra una imagen del futuro templo con la inscripción "Piedra Fundamental de la Iglesia Parroquial del Diamante" -1899 -, del reverso muestra la imagen de la Virgen y la inscripción: "Virgen de la Merced - Ruega por nosotros".
Para fines de marzo del año siguiente se inauguró la primera parte de las obras del nuevo templo, que consistía en la sacristía, 6 metros del presbiterio y una parte de la nave central. Esto permitió que se comenzara a transformar la antigua iglesia en casa parroquial e invertir en esta obra la cantidad de $ 1.000.-
En setiembre de 1901 se reiniciaron las obras durante la gestión del P. Pedro Weber, ensanchándose el presbiterio, continuándose con la nave central y las laterales.
Recién en 1908 se iniciaron las obras de las dos bóvedas chicas, terminándose ya al otro año el revoque del ante frente de la Iglesia y la colocación del piso de mosaico y las gradas de mármol.
El 11 de marzo de 1946 se pudo por fin concretar el reinicio de los trabajos, poniéndose como meta terminarlos para el centenario de la apertura de los primeros libros de la Parroquia ocurrido el 9 de junio de 1850.
El 27 de diciembre de 1994 se retiran los sacerdotes del Verbo Divino y es nombrado Párroco el padre Luis Zaniti.
Prof. Celia Godoy
Fuentes
Historia de Diamante y sus instituciones. Ricardo Brumatti
Legajo de la Parroquia
Historia Eclesiástica de Entre Ríos J. J. Segura